Un libro que hace mucho quería leer y hasta ayer terminé, fue el bestseller de John Perkins: Confessions of an Economic Hitman (en español: Confesiones de un sicario económico). Es la autobiografía de un economista y empresario que por azares del destino se vio involucrado con los servicios secretos de Estados Unidos, con los grupos de voluntarios Peace corps en Latinoamérica y luego reclutado por una empresa de consultoría llamada MAIN.
El libro narra cómo John Perkins fue llevado por lo que él denomina corporaticracia (el nuevo imperialismo norteamericano) en la cual el gobierno y la iniciativa privada trabajan en conjunto para corromper líderes de países y obtener jugosos contratos de explotación de materia prima, o como en el caso de Panamá, control de estratégico de rutas marítimas.
Perkins nos cuenta de la estrategia que usan los sicarios económicos para infiltrarse con los funcionarios de gobierno ya sea mediante favores económicos o sexuales. Como esta empresa consultora hacía estudios con números inflados para que mediante el Banco Mundial o el Fondo Monetario Internacional preste inmensas cantidades de dinero a los países en desarrollo, pero el truco es que forzaron a estos países a que contraten ciertas compañías americanas como Bechtel o Halliburton para proyectos de infraestructura. Estos préstamos se hacían con la intención de ahorcar económicamente a los países para que después pacten los pagos por recursos materiales, en su mayoría petróleo.
A veces los sicarios económicos fallaban ya que el presidente de la nación no se corrompía como en el caso de Panamá con Torrijos, Ecuador con Roldós, Chávez en Venezuela y Hussein en Irak. La segunda fase de la estrategia es llamar a los chacales de la CIA para asesinarlos, Torrijos y Roldós murieron en aviones que explotaron en el aire. Pero cuando estos dos fallan, se llama al ejército, así le pasó a Sadam Hussein y a Manuel Noriega en Panamá; Hugo Chávez estuvo a punto de ser derrocado, pero se salvó de último momento y una invasión a ese país no ha podido ser concretada ya que la atención se volcó en al terrorismo.
Estos mecanismos de nuevo imperialismo fueron implementados por la CIA desde los 50’s en Irak y luego en Guatemala y se perfeccionaron incluyendo a los corporativos con Robert McNamara en los 70’s. Han tenido en su mayoría tremendo éxito sobre todo en Arabia Saudita dándole a los Estados Unidos una presencia fuerte en medio oriente, que por cierto, gracias a esto se financió a Osama Bin Laden para que combatiera a los rusos en Afganistán. Soy de la idea de que Bin Laden es un activo de la CIA, pero eso es punto y aparte.
El autor del libro siempre se sintió culpable de lo que estaba haciendo, pero estaba tan metido que no podía salirse, fue muy bueno en lo que hacía y finalmente se pudo zafar del sistema. El ataque terrorista del 9-11 fue lo que empujó a Perkins a escribir el libro y actualmente trabaja con grupos ambientalistas para evitar las catástrofes que las empresas de hidrocarburos provocan en zonas con riqueza de flora y fauna.
Recomiendo este libro para conocer bien cómo funciona la política internacional y para poder entender y descifrar las noticias. Por ejemplo, ahora me doy cuenta que China está haciendo exactamente lo mismo en África y en menor medida en Latinoamérica y los recientes conflictos en esa zona se han debido a que están afectando intereses económicos de los norteamericanos y sus aliados. También me doy cuenta de la importancia de las rutas económicas y el transporte de bienes.
Rascando un poco más en la historia estoy seguro que lo que estaba en juego en la primera y segunda guerra mundial, así como la guerra fría, no era tanto por ideologías o ideales nacionalistas, eran por asegurar la viabilidad económica de grandes empresas y bancos. Constantemente se están realineando los poderes. La nueva forma de esclavizar a los países y a las es mediante la deuda y la manipulación de los medios de comunicación e industria del entretenimiento.