Cuando conocimos el diagnóstico de autismo de nuestro hijo Carlo Marco lo primero que vino a la mente fue: ¿por qué tiene autismo mi hijo? El doctor que nos atendió nos dijo que se desconocía la causa, claro que es una respuesta muy desalentadora porque uno siempre piensa que puede haber una cura.
Así fue que los primeros meses de duelo también me vino una ansia por saber más de este trastorno, buscar en todos lados una respuesta. En la escuela donde iba Carlo Marco también nos daban pláticas, algunas elevadas otras más digeribles, escuchábamos las diferentes teorías, todas las investigaciones que iban saliendo.
Ante todo esto también buscábamos culpables, ¿las vacunas? ¿la televisión? ¿los genes? Todo era muy confuso.
Después de ese periodo viene la aceptación. Comprendimos que es parte de la condición de mi hijo, que sí puede tener un futuro pero que va a costar mucho esfuerzo. Ya no busco el porqué, ahora veo el cómo.
Mi esposa me preguntaba: – ¿te gustaría no haber tenido a tu hijo?, mi respuesta fue que aún sabiendo que iba a nacer así lo hubiera querido. También me preguntaba -¿te gustaría que tu hijo hubiera nacido normal? quise responder que sí, pero no lo dudé. El autismo es gran parte de mi hijo y no logro imaginármelo de otra manera.