En un artículo anterior hablaba sobre la mirada de mi hijo Carlo Marco y como es una característica de las personas con autismo no mantener el contacto visual con las demás personas. Siempre consideré que era parte del déficit de atención o que consideraban los ojos de las demás personas como cualquier característica de un ser humano, como las rodillas o los hombros, que no tenían significado.
Pero recientemente leí este interesante artículo de Hipertextual, donde revela que estudios han determinado que los niños con autismo evitan el contacto visual porque lo consideran amenazante, incluso de seres queridos. Esto se determinó midiendo su la actividad cerebral y por medio de resonancia magnética.
Es por eso que muchos niños con autismo tienden a mirar hacia arriba donde no entrarán en contacto con otros ojos, aunque ven todo como de reojo.
Para nosotros las personas “normales” es importantísimo leer los ojos porque nos dan mucha información de la otra persona. Pero también los gestos, el tono de voz y postura del cuerpo componen el lenguaje corporal el cual interpretamos en la comunicación. Para una persona con autismo esto les escapa totalmente este lenguaje humano.
Veo a muchos terapistas que insisten en hacer que el niño vea a los ojos. Y ahora me pongo a pensar que a lo mejor no es lo más productivo.
En mi experiencia, Carlo Marco responde bien ante la voz, interpreta cuando estás dando una instrucción o estás molesto. A veces busca la mirada, pero no he sabido con que fin, lo que sí se que ve mucho más de lo que uno piensa, tiene una memoria fotográfica.
¿Cómo mira la persona con autismo cercana a ti?