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La sociedad de la nieve es el título de un libro que fue adaptada a película en Netflix que narra la historia real de los supervivientes de un accidente aéreo en los Andes en 1972. El autor, Pablo Vierci, entrevistó a los 16 hombres que lograron sobrevivir durante 72 días en condiciones extremas, y plasmó sus testimonios en una obra que combina el relato de aventura, el drama humano y la reflexión sobre el valor de la vida.
En este blog, quiero compartir con ustedes algunas de las lecciones que aprendí al leer este libro, y cómo me inspiró a ver las cosas de otra manera. Estas son algunas de las ideas que me quedaron grabadas, con más detalles:
- La importancia de la solidaridad y el trabajo en equipo. Los supervivientes se apoyaron unos a otros, se repartieron las tareas, se organizaron para buscar comida, agua y ayuda, y se mantuvieron unidos frente a las adversidades. Sin esa cohesión, quizás ninguno habría sobrevivido. Por ejemplo, cuando uno de ellos se fracturó una pierna, los demás le construyeron una camilla con restos del avión y lo cargaron durante kilómetros hasta encontrar un lugar más seguro. O cuando dos de ellos se ofrecieron voluntariamente para cruzar las montañas y pedir ayuda, arriesgando sus vidas por el bien común.
- La capacidad de adaptación y resiliencia. Los supervivientes tuvieron que enfrentarse a situaciones límite, como el frío, el hambre, las heridas, las avalanchas, la muerte de sus compañeros y la incertidumbre sobre su rescate. Sin embargo, no se rindieron ni perdieron la esperanza, sino que buscaron soluciones creativas y se adaptaron a su entorno. Por ejemplo, usaron el fuselaje del avión como refugio, fabricaron gafas de sol con plástico para protegerse de la nieve, hicieron esquís con pedazos de metal y cuero, e incluso recurrieron al canibalismo para alimentarse.
- La fuerza de la fe y el amor. Los supervivientes se aferraron a su fe religiosa y al amor por sus familias para mantenerse vivos. Muchos de ellos rezaban juntos, recordaban a sus seres queridos y se prometían volver a verlos. Estos sentimientos les dieron un propósito y una motivación para seguir luchando. Por ejemplo, uno de ellos tenía una novia embarazada que lo esperaba en casa, y otro tenía una hija pequeña que le había regalado una imagen de la Virgen María antes del viaje.