La división de Samsung que fabrica los smartphones se vio en serios problemas el año pasado con el incidente del Galaxy Note 7 que presentó varios casos de explosión de la batería. Inmediatamente lo sacaron del mercado, les costó mil millones de dólares en pérdidas y un tremendo daño a su reputación.
Samsung estaba obligado a sacar un teléfono que fuera un éxito barra borrar el mal sabor de boca del Note 7. Y lo logró, al menos así parece, con el Galaxy S8.
El nuevo smartphone de Samsung se ve fenomenal, tiene la pantalla curveada como Edge, un poderoso procesador y cámara. Parece que superará al iPhone en todo.
Lo que me llamó la atención fue la versión del Galaxy S8 para Microsoft, sí, lo leíste bien.
Después de años de disputas por patentes, donde decían que Microsoft le cobraba hasta $5 dlls. por cada equipo vendido, llegaron a un acuerdo. En este arreglo Samsung precargaba aplicaciones de Microsoft para Android dentro de sus teléfonos. Ahora irán más allá.
Por primera vez Microsoft venderá en sus tiendas un teléfono que no es el Windows Phone. Se podrán adquirir Galaxy S8 con aún más aplicaciones de Microsoft precargadas (antes era solo Office) como OneDrive y Cortana. La estrategia de Microsoft cambió y su presencia en la computación móvil es en aplicaciones y servicios, esta alianza tiene mucho sentido porque Samsung es el mayor vendedor de smartphones en el mundo.
Otro detalle, esta versión del Galaxy S8 no está disponible, solo se venderá en tiendas físicas, por lo que Microsoft también pretende hacer que más personas las visiten. El precio es el mismo que si se compra en cualquier lado, por lo que Microsoft perdió la oportunidad de diferenciarse de esa forma.