La espiritualidad no es exclusiva de las religiones. Siempre he considerado a la espiritualidad como la busca de la verdad, veo más valor en el camino que en el destino. Algo que las religiones tienen es que te dan todas las enseñanzas, la doctrina y las reglas, pero siempre hay un sesgo humano, lo divino se ve desde el lente de los líderes religiosos y ahí se transmite a los creyentes, son voceros e intermediarios de Dios.
Uno de los autores que en los tiempos recientes ha explorado la espiritualidad laica es Sam Harris, en su libro Waking Up pretende formular una guía para los ateos, gnósticos y personas con poca fe para encontrar caminos de espiritualidad que hagan de su vida más significativa. No quiero decir que estas personas sean vacías o huecas, sino que hay un gran valor en expandir la conciencia y darle un rumbo a la vida más satisfactorio.
Harris explora 3 caminos en su libro: la meditación, las enseñanzas orientales y las drogas.
La meditación es una práctica muy común. Cuando platican las personas más exitosas del mundo, casi todas citan a la meditación como una herramienta básica para centrarse en sus objetivos, de hecho, la palabra meditar viene de la palabra medio. Es muy fácil meditar (me han dicho), aunque podría parecer tediosa ya que la meta es vaciar la mente de pensamientos y enfocarse en el aquí y ahora. Tengo a la meditación en mi lista de pendientes.
Nadie puede negar que las enseñanzas orientales como lo son el budismo y escuelas de la India tienen un gran impacto. A diferencia de las religiones occidentales, no son tan institucionales y dogmáticas, ofrecen una apertura muy grande, a la vez una filosofía de vida lejanas del fanatismo. Harris advierte que hay muchos charlatanes que se hacen pasar por gurús y explotan a los seguidores.
Cuando hablamos de expandir la conciencia, no hay forma más rápida que mediante substancias psicotrópicas como el LSD y los hongos alucinógenos. El autor argumenta los beneficios espirituales al acceder a visiones que alteran la percepción de la realidad por una comprensión más vasta del universo. También advierte que un “mal viaje” puede ser tormentoso y hasta peligroso por lo que sugiere moderación y asistencia de expertos.
El común denominador entre estas prácticas es la supresión del ego. El estar absortos día a día en nuestro mundo, nuestros problemas y nuestros placeres, nos impide estar en contacto con la naturaleza y las experiencias que dan sentido a la vida.
En la actualidad hay una crisis de fe, muchas personas saltan de una religión a otra o incluso mezclan creencias religiosas con supersticiones, ¿por qué sucede esto? Obviamente no están satisfechos con lo que obtienen, siguen sintiendo vacío, se decepcionan por los líderes religiosos o de aspectos de la doctrina que no son compatibles con su marco de valores. No tiene por qué ser así.
Hay otros libros de Harris que explican porque las religiones son malas para la humanidad, en éste da las alternativas para caminos espirituales.