Llantitas entrenadoras

Es una de las verdades de la vida y de la naturaleza, se gatea antes de caminar, se camina antes de volar. De jóvenes nos sentimos todopoderosos, creemos que el mundo es nuestro y nos damos cuenta que nada se logra fácilmente.

Entre paréntesis, ¿conoces el club de los 27 años? Una gran cantidad de artistas que murieron a esa edad, creo que no es coincidencia, estoy convencido que los 27 años es una edad crítica donde la madurez del hombre llega a un punto de inflexión, es como la corteza de los árboles. Creo que es la edad ideal para casarse. También pienso que la edad de los 33 años es otro hito, pero más de índole físico, es cuando el cuerpo empieza a degenerarse y la mente se empieza a expandir.

Regresando al tema, todos necesitamos un empujón para dar el siguiente nivel, para todo cambio en la vida debe de haber un periodo de transición que lo más probable es que sea doloroso. Todos necesitamos esas llantitas entrenadoras para ayudarnos con el equilibrio que se requiere para andar en bicicleta.

El problema es cuando pensamos que las llantitas entrenadoras son parte de la bicicleta, cuando las condiciones temporales se convierten en definitivas. A todos nos ha pasado, nos acostumbramos a ver esa pared fea y descarapelada y no la pintamos, o el trabajo que iba a ser para agarrar experiencia en años y años de antigüedad.

Curiosamente todos los demás lo ven claramente y cuando se lo hacen ver a uno, tenemos los pretextos hechos y nos lo sabemos de memoria. Es como si estuviéramos atascados en la arena y pensáramos que estamos avanzando porque las ruedas están dando vuelta. Este post ya está lleno de metáforas.

Te preguntarás ¿cómo quito esas llantitas entrenadoras? Creo que es muy sencillo, en el párrafo anterior lo insinué. Para ver las llantitas entrenadoras tenemos que bajarnos, dar unos pasos atrás y detenidamente analizar la bicicleta, en pocas palabras, tenemos que buscar salirnos de la rutina y ver cómo vamos en la vida.

Unas vacaciones son ideales para esto, creo que 2 semanas son suficientes para darnos cuenta del estado de nuestra vida y las condiciones en que estamos y lo más importante: qué voy a hacer al respecto. Veo que mucha gente lleva años sin tener vacaciones, dicen que su trabajo no los deja, por supuesto no lo creo, quizás tienen miedo de ver el estado de su bicicleta, de ver la llanta trasera está ponchada, desgastada y las llantitas entrenadoras han sostenido la bicicleta por mucho tiempo.

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