Los países con menor jornada laboral son aquellos que han optado por políticas laborales más flexibles y centradas en el bienestar de los empleados. Estos países han reconocido que una jornada laboral reducida puede llevar a una mayor productividad, mejor salud mental y física, y un equilibrio más saludable entre el trabajo y la vida personal.
En Europa, países como Alemania, Países Bajos y Dinamarca están a la vanguardia en cuanto a jornadas laborales cortas, con promedios que rondan las 27 a 30 horas semanales. Estos países no solo ofrecen horarios reducidos, sino que también cuentan con una cultura de trabajo que valora el tiempo libre y la flexibilidad.
En el caso de Alemania, por ejemplo, es común que las empresas adopten modelos de trabajo de tiempo parcial o “Kurzarbeit”, que permiten a los empleados trabajar menos horas durante períodos de menor demanda sin perder sus empleos. Esto no solo ayuda a mantener un bajo nivel de desempleo, sino que también permite a los trabajadores disfrutar de más tiempo para sus actividades personales.
Países Bajos también se destaca por su enfoque en la calidad de vida laboral. Muchos trabajadores holandeses tienen la opción de trabajar desde casa o elegir horarios flexibles que se adapten mejor a sus necesidades personales. Además, es habitual que los empleados negocien con sus empleadores para reducir sus horas de trabajo si así lo desean.
Dinamarca es otro ejemplo sobresaliente; el país escandinavo es conocido por su excelente equilibrio entre trabajo y vida personal. Los daneses suelen trabajar alrededor de 33 horas a la semana y tienen derecho a cinco semanas de vacaciones pagadas al año. Además, el país tiene una amplia gama de políticas de apoyo familiar, como licencias parentales generosas y cuidado infantil accesible.
Fuera de Europa, Japón ha estado experimentando con reformas laborales para combatir la cultura del “karoshi” o muerte por exceso de trabajo. Aunque tradicionalmente conocido por largas jornadas laborales, Japón está implementando medidas como “Premium Fridays”, donde los empleados pueden salir temprano el último viernes de cada mes.
Estos países demuestran que es posible tener una economía próspera sin sacrificar la calidad de vida de los trabajadores. Al adoptar jornadas laborales más cortas, estos lugares están redefiniendo lo que significa tener éxito tanto en el ámbito profesional como personal.