
Hola, ¿alguna vez has seguido invirtiendo tiempo, dinero o esfuerzo en algo que sabías que no tenía futuro? ¿Has mantenido una relación que no te hacía feliz solo porque habías invertido mucho en ella? ¿Has continuado con un proyecto que no te daba resultados solo porque habías gastado mucho en él? Si tu respuesta es sí, entonces has caído en la falacia del costo hundido.
La falacia del costo hundido es un sesgo cognitivo que nos hace tomar decisiones irracionales basándonos en lo que hemos invertido en el pasado, en lugar de considerar lo que nos conviene en el presente y el futuro. Es como si quisiéramos recuperar lo que hemos perdido, aunque sepamos que es imposible o muy improbable.
Por ejemplo, imagina que compras una entrada para ver una película que resulta ser muy mala. Podrías salirte del cine y hacer otra cosa más divertida, pero decides quedarte hasta el final porque ya has pagado la entrada. O imagina que tienes un coche viejo que se avería constantemente y te cuesta mucho dinero repararlo. Podrías comprar uno nuevo o usar otro medio de transporte, pero decides seguir con el coche porque ya has invertido mucho en él.
Estos son ejemplos de la falacia del costo hundido, que nos hace actuar de forma irracional y nos impide cambiar de rumbo cuando las cosas no van bien. Esta falacia puede afectar a muchos aspectos de nuestra vida: personal, profesional, económico, etc. Y puede tener consecuencias negativas para nuestra felicidad, nuestro bienestar y nuestro éxito.
¿Cómo podemos evitar caer en la falacia del costo hundido? Lo primero es ser conscientes de este sesgo y reconocer cuándo estamos actuando bajo su influencia. Lo segundo es evaluar las opciones que tenemos en el presente sin tener en cuenta lo que hemos invertido en el pasado. Lo tercero es elegir la opción que más nos beneficie a largo plazo, aunque implique renunciar a algo o asumir una pérdida.
Recuerda que lo que has invertido en el pasado ya no lo puedes recuperar, pero lo que puedes hacer es mejorar tu situación actual y futura. No te dejes engañar por la falacia del costo hundido y toma decisiones racionales que te acerquen a tus objetivos y a tu felicidad.