El plagio de la esposa de Riobóo

El día de ayer 2 de enero la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) eligió a su presidente que fungirá por los próximos 4 años. Es un encargo sumamente importante porque lleva la interlocución con los demás poderes y conduce la corte. El gobierno de López Obrador estaba impulsando a una magistrada que ellos mismo postularon, la lic. Yazmín Esquivel, que resulta ser la esposa de uno de los contratistas estrella de López Obrador desde que fue Jefe de Gobierno de la CDMX, José María Riobóo.

El anterior presidente Arturo Saldivar fue muy permisivo y consecuente con este gobierno, de hecho constantemente visitaba el Palacio de Gobierno. Querían continuar con alguien así, que influyera en la SCJN para avalar las políticas y consecuentar los atropellos a la Constitución típicos en esta administración.

Entonces salió hace un par de semanas un reportaje sobre la ministra Yazmín Esquivel que hizo plagio de su tesis de licenciatura en derecho por la UNAM, creo que las evidencias son muy claras, hasta la misma UNAM confirmó que el 90% de la tesis es idéntica a otra cuyo autor un año antes se había titulado. Esto fue devastador.

La ministra comenzó una torpe defensa de su honorabilidad al negar el plagio, y luego recolectó escritos de compañeros e incluso un acta notariada del real autor donde decía que él fue el que copió, lo cual posteriormente fue negado. Yazmín Esquivel presentó su caso ante la opinión pública y lo perdió, quizás en vez de pensar como abogada debió haber contratado un experto en relaciones públicas.

El presidente tampoco ayudó mucho al decir que “fue un error menor”, pecata minuta ante casos de corrupción en el periodo neoliberal, pero lo que no hizo fue negar que hubo plagio, como dicen coloquialmente “no me ayudes compadre”. Llegó a tal extremo que el 1 de enero, la Fiscalía de la CDMX declaró que Yazmín Esquivel fue la verdadera autora de la tesis, otro torpe intento de salvarla por parte de la candidata oficial Claudia Sheibaum.

La UNAM salió muy raspada del asunto ya que salieron a colación más plagios de tesis, y por presiones del mismo gobierno no quiso decir definitivamente que la ministra copió, se esperaron hasta después de la votación por la presidencia de la SCJN para dar su veredicto final. Vaya forma de arriesgar el prestigio.

Algo que considero delicado en este asunto es el mensaje que se da los alumnos de México: “se puede plagiar este país, hasta ministro de la Suprema Corte puedes llegar”. En cualquier país desarrollado, este escándalo hubiera sido suficiente para la renuncia de la ministra, pero aquí no, tiene y tendrá el cobijo de este gobierno.

Finalmente los miembros de la Suprema Corte eligieron a la primer mujer como presidente, Norma Piña. Una ministra que definitivamente no comulga con AMLO y garantiza independencia del poder judicial. Este gobierno se ha querido apoderar de cuanta institución independiente o de la sociedad civil, una tendencia totalmente autoritaria porque cualquier democracia requiere contrapesos. Fue un día muy bueno para México.

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