¿Sabías que Nicolás Tesla fue uno de los inventores más brillantes de la historia? En este post te voy a contar algunas de sus genialidades y por qué merece ser reconocido como un pionero de la ciencia y la tecnología.
Tesla nació en 1856 en lo que hoy es Croacia. Desde niño mostró una gran curiosidad por el mundo natural y una prodigiosa memoria. A los 17 años se matriculó en la Universidad Politécnica de Graz, donde estudió ingeniería eléctrica. Allí se interesó por el problema de la transmisión de electricidad sin cables, que se convertiría en su gran obsesión.
En 1884 se trasladó a Estados Unidos, donde trabajó brevemente para Thomas Edison, otro genio de la época. Sin embargo, pronto se separaron por sus diferencias sobre el uso de la corriente alterna o la corriente continua. Tesla defendía la primera, que permitía transportar la electricidad a mayores distancias y con menos pérdidas. Edison prefería la segunda, que era más fácil de controlar y más segura.
Tesla fundó su propia compañía y se dedicó a desarrollar sus propios inventos, muchos de ellos adelantados a su tiempo. Entre ellos se encuentran el motor de inducción, el transformador, el control remoto, la radio, las lámparas fluorescentes, los rayos X y el radar. También ideó un sistema para transmitir electricidad sin cables mediante ondas electromagnéticas, pero nunca pudo llevarlo a cabo por falta de financiación.
Tesla murió en 1943 en Nueva York, solo y endeudado. Su legado fue olvidado durante décadas, hasta que en los años 60 se le empezó a reconocer como uno de los padres de la electrónica moderna. Hoy en día su nombre está asociado a una famosa marca de coches eléctricos y a una unidad de medida del campo magnético.
Nicolás Tesla fue un genio incomprendido y visionario, que nos dejó un enorme patrimonio científico y tecnológico. Su vida y su obra son una fuente de inspiración para todos los que amamos la ciencia y la innovación.