El coaching es un proceso de acompañamiento y desarrollo personal y profesional que tiene como objetivo ayudar a las personas a alcanzar sus metas y mejorar su bienestar.
El coaching no es una terapia, ni un asesoramiento, ni una formación. El coaching parte de la premisa de que el coachee es el experto en su propia vida y tiene todos los recursos necesarios para encontrar sus propias soluciones. El coach no le dice al coachee lo que tiene que hacer, sino que le ayuda a descubrirlo por sí mismo, mediante preguntas poderosas, técnicas de comunicación, herramientas de inteligencia emocional y feedback constructivo.
El coaching puede aplicarse a diferentes ámbitos de la vida, como el personal, el laboral, el educativo, el deportivo o el social. Existen diferentes tipos de coaching según el enfoque, la metodología y la finalidad que se persiga. Algunos ejemplos son el coaching ontológico, el coaching sistémico, el coaching ejecutivo, el coaching de equipos, el coaching educativo o el coaching deportivo.
Los beneficios del coaching son múltiples y dependen de cada caso particular. Algunos de los más comunes son:
- Aumentar la autoconfianza y la autoestima.
- Desarrollar habilidades personales y profesionales.
- Potenciar el liderazgo y la gestión de equipos.
- Mejorar la comunicación y las relaciones interpersonales.
- Gestionar mejor el estrés y las emociones.
- Resolver conflictos y tomar decisiones.
- Fomentar la creatividad y la innovación.
- Alinear los valores y la visión con la acción.
- Lograr un mayor equilibrio entre las diferentes áreas de la vida.
- Alcanzar un mayor grado de satisfacción y felicidad.
El coaching se basa en el diálogo entre el coach (el profesional que facilita el proceso) y el coachee (la persona que recibe el coaching), mediante el cual se exploran las fortalezas, las áreas de mejora, las creencias, los valores y las emociones del coachee, así como los obstáculos y las oportunidades que se presentan en su camino hacia el logro de sus objetivos.